Vanessa Zamora suspira con su guitarra

A pesar de la dulzura de su voz y de la nobleza de su guitarra, Vanessa Zamora deja fluir la tristeza en algunas de sus letras. Su música, a la que define como "llena de armonías pero con un toque melancólico", está hecha de los suspiros que le ha arrancado la vida, ya sea de alegrías efímeras o de depresiones taciturnas.

Hace cinco años, la tijuanense empacó sus maletas y se mudó a Guadalajara para estudiar Ciencias de la Comunicación. Aquí, donde no conocía a nadie, sintió la libertad para cantar y asomarse por una pequeña ventana al mundo: internet.

Su debut cibernético fue una versión del clásico del R&B "Ain't No Sunshine", de Bill Wethers, el cual disparó la chispa en YouTube.

"Empecé a ver que a la gente le gustó y entonces me puse a hacer más covers, pero siempre le ponía algo diferente a cada canción, o le cambiaba la melodía y a la gente como que le gustaba eso. Y entonces en los 'comments' me pedían que pusiera canciones mías", platica Vanessa en entrevista.

Más o menos por ese mismo tiempo, Vanessa estaba componiendo "Te quiero olvidar", canción que hoy sale a la venta en plataformas digitales y a su vez formará parte de su álbum debut "Hasta la fantasía", el cual verá la luz en mayo de manera independiente.

"Soy muy lírica, no tomo notas ni nada. A componer nunca aprendí; siempre lo hice por oído. Empecé a agarrar poemas o cosas que anotaba y les puse música, y así me di cuenta de que eran canciones", recuerda.

Gracias a su propuesta de pop de autor tenue y melodioso, así como a su alfombrada voz, algunos artistas la han elegido para telonear sus conciertos, como el multiinstrumentalista del indie pop de cámara, Andrew Bird; y los nacionales Natalia Lafourcade y Leonel García.

"Mucha gente piensa que yo soy cantante acústica, que nomás toco la guitarra, pero yo traigo mi banda, batería. Mi disco tiene trompetas, bajo, guitarra eléctrica, sintetizadores, es algo más grande y por ende me exige tener una banda en vivo".

Vanessa está a unos días de tocar en la Fiesta de la Música, el domingo 23 de marzo en la Plaza Liberación. Ya ha recorrido algunos foros del país sin tener todavía un álbum bajo el brazo, el cual se cocinó por más de un año entre viajes a Tijuana y el DF. Ello implicó que la joven de 22 años se esforzara el doble para terminar su carrera, cuando finalmente hizo pública su decisión de dedicarse a la música.

"Lo que quiero es tocar, llevar mi música a donde sea posible. La verdad es que sólo estoy dejando fluir el momento, pero no tengo idea de lo que va a pasar".